jueves, 21 de enero de 2010

La comunicación hoy.

Hay aspectos interesantes en tus conclusiones con los cuales estoy de acuerdo. Uno de ellos es el que hace referencia a que "establecen sus propios códigos en grupos pequeños..." Considero yo que buscan formas de relación y comunicación distintas, porque se ven ante el imperativo de afianzar su identidad ante un mundo adulto del que con frecuencia se sienten rechazados, o simplemente con el que no se identifican. Aunque creo que esta es una etapa transitoria las más de las veces. Por lo regular el conflicto concluye -afortunadamente- una vez que se resuelven estos desencuentros, cuando se incorpora de manera plena a la dinámica del contexto en el que concreta sus intercambios vitales. Otro punto que es necesario comentar, pero que también tiene relación con el primero, es en el que expresas: "se entienden de manera divertida y amena, también afectan las normas gramaticales y deforman..." En tal sentido, es necesario recordar que todos los hablantes de una lengua determinada (en este caso el Español) tenemos la obligación lingüística, la responsabilidad cultural -diría yo- de velar por su integridad. Lamento -al igual que tú- ciertas variaciones de la lengua que son un franco atentado contra su perfil estético; porque tienden a deformarla, pasando por alto los criterios de la corrección idiomática.
No hay que olvidar jamás que nuestra lengua es un legado cultural transgeneracional de gran valor; y por lo mismo, debemos salvaguardar su belleza y sus prescripciones normativas a costa de lo que sea. Es más, como profesores ese compromiso es mayor todavía. Soy partidario también, de que el idioma es un instrumento que está a nuestra disposición y que tenemos el privilegio de usarlo y explorar en sentidos multidireccionales sus posibilidades expresivas y comunicativas; pero no vulnerándolo ni atentando contra su pureza.

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