domingo, 17 de enero de 2010

El proceso didáctico como proceso de comunicación

En la experiencia de comunicarse son igualmente importantes los papeles que desempeñan en un momento dado, el emisor y el receptor como elementos centrales del proceso comunicativo, porque invariablemente, ambos tienen algo que decir sobre sí mismos o en referencia al mundo. De esto inferimos que en la vida social y en la relación humana en general, la comunicación no sería otra cosa sino la puesta en común, de ponerse de acuerdo para coordinar la acción; ya que el hombre, es esencialmente acción.

En educación la comunicación, desempeña un papel de enorme trascendencia. Sobre todo si consideramos que hay distintas formas de concretar un hecho pedagógico. Uno de ellos es la transmisión de saberes ya hechos. En las nuevas concepciones de la educación este enfoque se considera superado. La tecnología ha modificado en buena medida los roles y los tipos de relación dentro del aula; o por lo menos eso es lo que se pretende. Se requiere que el alumno construya, y genere productos a través de los intercambios comunicativos que establece con los demás. Para que estos intercambios sean fructíferos, se necesita que el clima emocional y afectivo que exista en el salón de clases sea el adecuado, a fin de que desencadene respuestas e intercambios que tengan como resultado el éxito en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Si bien la parte metodológica dentro del proceso de los aprendizajes es importante, la relación afectiva entre todos los participantes desempeña un papel central porque motiva la participación y propicia respuestas que de por otras vías, sería muy difícil conseguir. Y me refiero específicamente al surgimiento del interés o a la aparición de motivos en las conductas de los estudiantes.
Los nuevos escenarios en las sociedades contemporáneas plantean además, otro tipo de exigencias. El surgimiento y desarrollo de los medios de comunicación electrónica en el siglo XX, ha contribuido de forma muy significativa a la configuración de nuevas estructuras sociales y a la consiguiente reconfiguración de las formas en que los agentes sociales construyen y reinventan su experiencia del mundo. En tal sentido, los medios de comunicación electrónica, desempeñan un papel innegable en los aprendizajes y en la reinterpretación de la realidad. Es necesario admitir, que toda la tecnología tiende a crear un nuevo mundo circundante para el hombre; porque modifica y condiciona la forma en que interpreta el mundo y lo transforma. Se vuelve necesario pues, que los docentes reflexionemos sobre como se da el proceso de la comunicación en este contexto, a fin de articularla con múltiples formas de expresión para enriquecerla y diversificarla.
Dentro de este proceso de cambio, la retroalimentación es el componente que busca asegurar la eficacia del proceso comunicativo, de forma bidireccional; es decir, verificar las formas en que el destinatario recibe el mensaje y su apropiación. Los procesos de afianzamiento de los conocimientos construidos son tan importantes como su adquisición misma, puesto que si el proceso de refuerzo no se da mediante la retroalimentación, es fácil que se olviden y que pierdan el carácter significativo que alguna vez tuvieron.



Si en la comunicación educativa compartimos los códigos y utilizamos los mismos sistemas de signos, hay mayor semejanza entre nuestros dos significados para el mensaje. Se requiere que los profesores desentrañemos y comprendamos las formas distintas en que los saberes surgidos de la tecnología han impactado la comunicación y la construcción del conocimiento. La semejanza o identidad de los sistemas de signos empleados para comunicarnos da lugar a analogías o identidades entre los mensajes que se originan en dicho proceso.
En la educación tradicional, prevalece el modelo unidireccional denominado modelo bancario de comunicación. En este paradigma, lo único que cuenta es lo que el maestro dice porque es el poseedor de la verdad absoluta o institucionalmente validada; de modo que lo que el alumno piense o diga siempre será irrelevante. De ahí su unidireccionalidad. En cambio, el signo de la educación en los nuevos tiempos está marcado por la presencia de tecnologías -cada vez más sofisticadas- que impelen a la interactividad y a la transformación permanente de los procesos de construcción del conocimiento. La construcción del saber y de la cultura ha dejado de ser un proceso individual, para ser cada vez más, un producto colectivo; es decir, el resultado de la confluencia de experiencias y valoraciones sociales.
La mediación en el proceso de construcción del conocimiento es indispensable; pero no sólo en este campo sino en todo proceso humano que se precie de serlo. Es más, el hombre mismo es el resultado biológico, histórico y socio-cultural de distintos tipos de mediaciones y determinaciones. La educación de calidad desde esta perspectiva, será aquella en la que efectivamente el profesor disponga las condiciones o elementos para que los alumnos construyan sus propios saberes; atendiendo además a determinados propósitos y estándares.

El signo de la escuela en la actualidad, es la presencia de las tecnologías que signan en buena medida el camino a seguir, determinando no sólo las metodologías, los propósitos y los fines sino también los índices de eficacia y el mejoramiento de la calidad de vida de las personas. Este debiera ser el sentido real del proceso de mediación pedagógica. La verticalidad en la enseñanza en los tiempos actuales -como ya dije- ha dejado de tener vigencia. Es necesario sin embargo, estar en guardia para no caer en el error de creer que la tecnología nos va a resolver todos los problemas que tenemos en la educación y en el proceso pedagógico en particular. Los medios tecnológicos son sólo un instrumento más. La tecnología condiciona y ayuda a crear caminos nuevos, formas distintas de creación de saberes y recreación de los ya existentes. Modificar las formas de mediación, equivale en este caso a admitir que habremos de sustituir los viejos esquemas por otros en los que esté considerada la utilización de las tecnologías. Se necesita pues, que el docente admita la posibilidad de modificar en el corto plazo su manera de mediar en el proceso de construcción del conocimiento; superando sus limitaciones e inercias, alimentadas desde posiciones teóricas que hoy por hoy, han perdido su vigencia.

Profr. José Patricio Moreno Cuevas.