viernes, 29 de enero de 2010

Relación entre lengua, cultura y conocimiento.

Considero que los mazatecos han llegado a interrelacionar y a desarrollar con bastante eficacia la lengua, la cultura y el conocimiento. Es un hecho que las exigencias del contexto en que viven –la montaña- los ha impelido de manera permanente a perfeccionar y a diversificar los códigos de comunicación que han creado a través del desarrollo de su cultura y sus formas de vida. Con toda certeza, ellos han sabido siempre que la finalidad de todo código de comunicación es hacer llegar ideas y mensajes que puedan ser decodificados con la precisión requerida por el receptor. Asimismo, las lenguas hablada y escrita, son los sistemas de comunicación más eficaces que han producido. Pero junto a éstas, han estructurado otros sistemas de comunicación, que son un reflejo indudable de su creatividad e ingenio para emitir cualquier mensaje. Seguramente, han aprendido también, que un sistema de símbolos o signos, si sirve para comunicarse con un grado de eficacia deseable- es decir que al decodificarse no implique ambigüedades ni interpretaciones erróneas y si satisface sus requerimientos de comunicación, entonces es funcional. La utilización de los silbidos es uno de ellos, expresados como una práctica cultural, que tiene su origen en la necesidad de comunicarse aprovechando la fácil propagación de las ondas sonoras, y que ellos han empleado para enviar mensajes. Los silbidos -ya codificados- es decir, perfectamente diferenciados unos de otros, y acordados sus significados convencionalmente, los han transformado en un sistema de comunicación no verbal, que satisface una necesidad en el medio en que viven. Yo creo que si la cultura la concebimos como todo lo que el hombre hace, cualquier producto de su vida colectiva, de su relación social, toda creación humana -en el más amplio sentido de la palabra- y que no es parte del mundo natural, tiene qué ser necesariamente, un producto cultural. Desde este enfoque, todas las formas de vida de los mazatecos, diversidad de relaciones, mecanismos de transmisión de ideas, proyecciones colectivas y sistemas de valores, entre otros, son simultáneamente, cultura y conocimiento. Esta perspectiva nos indica que los nexos existentes entre lengua, cultura y conocimiento, son prácticamente indisolubles, porque el uno implica al otro. No podemos hablar de la cultura, sin que tengamos qué referirnos a las distintas formas de intercambiar mensajes, y si esa creación es algo que no existía en el vasto universo de la cultura, entonces…es también conocimiento. Y esta afirmación es válida –creo yo- no sólo para el caso de los mazatecos y sus formas distintas de comunicarse, sino para la cultura humana en general.

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